viernes, 26 de abril de 2013

Fresas y otras berries

Le he cambiado el nombre al blog.

Lo llamé "Los días raros" porque lo inicié como parte de la terapia de mi procrastinación... o quizás más bien como parte del problema. No lo sé. Días raros era lo que estaba teniendo por entonces. Los días raros es una canción de Vetusta Morla (Mapas, 2011) que me parece preciosa. Cuentos de los días raros es un libro de José María Merino que tengo pendiente leer, porque algo me dice que todo está relacionado. Tenía sentido para lo que empezó siendo este blog.

Pero cuando mi inicial crisis existencial se convirtió en fascinación por el ganchillo y comencé a reflejarlo aquí, pensé que tenía que encontrar otro título más acorde con mis recientes sentimientos hacia la lana y las agujas.

Pensé y pensé.

Y una de estas mañanas, trabajando, encontré el título perfecto.

Me dedico al Derecho. En concreto, al Derecho del agua. Uno de los asuntos en los que estoy trabajando es en reclamar más dotación para el cultivo de la fresa y similares en Huelva. Las similares son frambuesas, arándanos, moras. A este tipo de fruta, a las que los legos en agronomía conocemos como "frutas del bosque", se les conoce comercialmente como "berries" (pese a que el significado botánico de "berry" es otro).


Desconozco cual es el origen de todo esto, pero me encanta. Me encanta cuando los agricultores y técnicos con los que trabajo en este asunto del agua dicen lo de "fresas y otras berries". Me divierte esa expresión, como me divierte hacer ganchillo.

Fresas y otras berries es el nuevo nombre de este cuaderno.


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