sábado, 23 de junio de 2012

El inicio

Hace algunos meses, B. me propuso que aprendiéramos a hacer ganchillo, y en menos de una hora estábamos de vuelta en casa con lana y agujas. Pocos días después, mientras preparaba una demanda tuve un momento de enajenación mental y en una tienda online de abalorios compré bolitas, cueros y demás fornituras para hacer bisutería. Llamé a B., se lo conté y me dijo que bueno, vale. Que le hiciera una pulsera a él.


Pocas horas después, volví a llamar a B. para decirle que quería pintar las estanterías blancas porque no pegaban en la casa nueva. Todo ello sin contar el tiempo que últimamente le dedico a la lectura de revistas y blogs de moda y tendencias, complementos y decoración, y mi afición por Pinterest y todo lo que lleve asociado la etiqueta “DIY”.

B. debió pensar que se me estaba yendo la cabeza y me preguntó: “¿Acaso has dejado de fumar y tienes estrés?”. Él sabe de sobra que no es estrés por dejar de fumar, porque dejé de fumar hace más de un año. Pero sí. Planteó el inicio de una reflexión importante: ¿Qué me está pasando? ¿Por qué de repente me he vuelto tan artística (o histérica)? ¿Por qué quiero hacer manualidades? ¿Por qué ahora quiero conocer la última tendencia en todo y todo el rato? Tantas cosas que hacer entre el trabajo y los estudios… y estoy pensando en moda, maquillaje, complementos y decoración. Que siempre me ha gustado. Pero, ¿por qué se ha vuelto tan intenso? La primera frase que se me ocurrió una de esas mañanas, mientras me tomaba el café, fue “impera lo bonito”. Lo juro. Nada más levantarme. Y entonces pensé: me estoy volviendo subnormal.

Cuando creía que no había salvación para mí, descubrí la procrastinación, que según Wikipedia es la acción o hábito de postergar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes y agradables. Eso es lo que me estaba pasando. Me encuentro tan frustrada y agobiada en el trabajo, tan triste por la falta de reconocimiento, y tan estresada por el desarrollo del máster, que mi mente decidió perderse en otras cosas más agradables y banales. De repente he necesitado rodearme y hacer muchas cosas bonitas. Así que dejé el café, le hice las pulseras a B., me apunté a un curso de ganchillo, comencé el proyecto “Mi primera manta de granny squares” y, por último, he iniciado este cuaderno. Para contarlo y encauzar este trastorno de comportamiento. Como parte de la terapia. Psicología positiva y tal.

jueves, 21 de junio de 2012

Introducción

Esto no es un blog de moda, ni de tendencias. Esto es una caja de recortes, un cuaderno de notas, un alter ego, la cara B de mi vida. Una forma de terapia.