miércoles, 6 de noviembre de 2013

Collar de trapillo verde

Este verano, yendo de tiendas con mi señora madre, observamos que se llevan mucho los collares de trapillo. Así que ella, que está muy pidona ultimamente, me preguntó si podría hacerle uno.

Junto al chal de su cumpleaños, le regalé un collar hecho con una cadenita dorada y trapillo verde que compré en Mummy Crafts.



Ha quedado bastante aparente. Ella está encantada.











miércoles, 16 de octubre de 2013

La manta de B.

Varias veces he mencionado la manta de B. y nunca en este espacio he ofrecido explicación alguna sobre la manta de B. Además, siempre he contado que me inicié en el ganchillo por culpa de mi procrastinación. Pero porqué ganchillo y no papiroflexia por ejemplo, tiene que ver con B. Y su manta.

Mi pequeño hermano me regaló una vez una manta de cuadraditos de ganchillo que tejió la que por entonces era su novia. Me encanta. Está destrozada de tanto usarla y lavarla.




A B. siempre le ha encantado mi apreciada manta, me la quitaba en cuanto me daba la vuelta. Y una día empezó a sugerir, subrepticiamente primero, y luego no tanto, que debía aprender a hacer ganchillo para tejerle una manta a él. De muchos colores y fondo negro. 

Así que en pleno trastorno mental, hasta arriba de ansiedad por la necesidad de aprender a hacer cosas, compramos agujas y lana y nos pusimos a ver vídeos en Youtube. Conseguí entender qué era un granny square, pero no finalizar uno aceptable. Un desastre. Así que busqué cursos de iniciación en Sevilla y dí con Penélope, de Le Voilá. Ella me enseñó lo básico y un poco más.

A partir de ahí, después de mucha lana y tiempo desperdiciados en cuadros defectuosos, como un año y medio después, me gustaría decir que la manta de B. está acabada. Pero no es así.




Continuo luchando. Y para obligarme a terminarla me uno a la iniciativa de María y Mavi, de crochetear juntas un proyecto de grannies. Cada semana hay que poner en común los avances, por lo que me sentiré obligada a avanzar :)

lunes, 14 de octubre de 2013

Cumpleaños de Athos

Ayer celebramos el primer cumpleaños de Athos.

Y como regalo, ya que suele comerse las cestas de trapillo y las mantas que le hago, le he tejido una bonita pajarita.


lunes, 30 de septiembre de 2013

El chal de Eva que fue a parar a las manos de mamá

Aunque no haya aparecido por aquí en meses, no he abandonado mis labores ganchilleras. Desde que me fui he tejido varias cosas.

Una de ellas ha sido el Eva's Shawl, siguiendo el CAL organizado por La Maison Bisoux. Se lo he regalado a mi madre, que no contenta con el rústico y áspero que le hice por el día de la madre con todo mi amor, me exigió uno más fino y suave. Está hecho con Malabrigo Silkpaca, de color indiecita, que compré en Eat.Sleep.Knit. Y un ganchillo del número 4.





viernes, 27 de septiembre de 2013

Mi vuelta al cole tardía

Retomo este espacio, que he abandonado durante los meses de verano sin quererlo, elaborando una lista sobre mis proyectos de futuro más inmediato (excluyendo los académicos, que no es este lugar para eso).

Estoy aprendiendo a coser. Sí, ya hablaremos de esto. Y como proyectos de costura, están: blusa básica pero elegante, en color crema. En proceso. Y camisa o similar en estampado tartán. Luego vendrán unos pantalones para B., pero más adelante, mejor ir despacito.

En cuanto al ganchillo, tengo a medias una bufanda y voy a hacer una rebeca, tipo bolero, pero más larga. Con esta preciosísima lana de Abuelita Yarns que he comprado en Devanalana.


Y terminar la manta de B. Por supuesto.

martes, 28 de mayo de 2013

Chal Elise

Este chal Elise es lo más bonito que he tejido hasta ahora. Estoy tan orgullosa que casi se me saltan las lágrimas cuando, tras bloquearlo, me lo probé delante de un espejo.




Claro que ayuda a que sea tan preciosísimo la Silkpaca de Malabrigo con la que está tejido, que escogí en Devanalana con la ayuda de Beatriz. Me gusta tanto que creo que voy a dejar la abogacía para poner una granja de alpacas o de gusanos de seda.

Ha sido además el resultado de mi primer CAL, organizado en este grupo de Ravelry.

Y para continuar con la alegría, voy a apuntarme al sorteo que organiza Raquel en Arriba, en el desván, para celebrar sus ¡¡¡1.000 seguidoras!!! (cuando yo llegue a mil seguidoras... seguro que ya tengo la granja de alpacas).



jueves, 9 de mayo de 2013

El chal de mamá

El pasado fin de semana, B. rompió, al sentarse, la butaca de mi padre. Después de dos días meditando como quería afrontar el mal trago de confesar, decidí que era mejor hacerlo con él. Ya que mi madre tiene un poco de peor carácter, sabía que se enfadaría. Y al final se enfadó, pero por no contárselo a ella. "Tengo complejo de Yeti", me dijo. "¿Por lo peluda que eres?", le contesté.

Sé que no resulta nada original... pero mi madre es la mejor. Y aunque a veces sea un poco Yeti, la quiero con locura. Espero decírselo lo suficiente.

Este fue mi regalo (Actualización a 13 de mayo: mi regalo por el día de la madre!):


viernes, 26 de abril de 2013

Fresas y otras berries

Le he cambiado el nombre al blog.

Lo llamé "Los días raros" porque lo inicié como parte de la terapia de mi procrastinación... o quizás más bien como parte del problema. No lo sé. Días raros era lo que estaba teniendo por entonces. Los días raros es una canción de Vetusta Morla (Mapas, 2011) que me parece preciosa. Cuentos de los días raros es un libro de José María Merino que tengo pendiente leer, porque algo me dice que todo está relacionado. Tenía sentido para lo que empezó siendo este blog.

Pero cuando mi inicial crisis existencial se convirtió en fascinación por el ganchillo y comencé a reflejarlo aquí, pensé que tenía que encontrar otro título más acorde con mis recientes sentimientos hacia la lana y las agujas.

Pensé y pensé.

Y una de estas mañanas, trabajando, encontré el título perfecto.

Me dedico al Derecho. En concreto, al Derecho del agua. Uno de los asuntos en los que estoy trabajando es en reclamar más dotación para el cultivo de la fresa y similares en Huelva. Las similares son frambuesas, arándanos, moras. A este tipo de fruta, a las que los legos en agronomía conocemos como "frutas del bosque", se les conoce comercialmente como "berries" (pese a que el significado botánico de "berry" es otro).


Desconozco cual es el origen de todo esto, pero me encanta. Me encanta cuando los agricultores y técnicos con los que trabajo en este asunto del agua dicen lo de "fresas y otras berries". Me divierte esa expresión, como me divierte hacer ganchillo.

Fresas y otras berries es el nuevo nombre de este cuaderno.


martes, 23 de abril de 2013

Feliz día del libro

Como B. no está para regalarme rosas, para celebrar debidamente este día, me he auto·regalado un precioso libro.

viernes, 12 de abril de 2013

Fresa

Una mañana de domingo en la que B. y yo nos hicimos los remolones y decidimos continuar durmiendo y perder a Athos un rato de vista, el buen perrito se hizo con algunos de mis ovillos y los deshizo por toda la casa. Irrecuperables. Supongo que como novata que soy en esto de las labores, me queda mucho que aprender. Primera lección: nunca dejes los ovillos al alcance de un perro de seis meses.

Uno de los ovillos afectados fue lo que me quedaba de Malabrigo Lace rosa con el que estaba tejiendo mi primer chal Elise. He tenido que dejar aparcado el proyecto, mientras consigo más lanita.

Mientras tanto, continuo con la manta de B. y he comenzado otro chal, que será para mi madre.

Como no tengo demasiado tiempo para el ganchillo y tardo mucho en finalizar los proyectos y me desespero y el ganchillo como terapia deja de funcionar..... he decidido realizar el Friday Pattern que propone Ari. Esta semana es una fresa pequeñita que se teje en un momento. Esta es mi fresa.



No sé qué hacer con ella. ¿Usarla para elaborar un llavero? ¿Un collar?

jueves, 14 de marzo de 2013

Boyfriend


No soy una persona muy de tendencias. Tardo bastante en sumarme a ellas. Hasta que lo tengo claro, clarísimo. Lenta, lentísima, fue mi transición de los pantalones de campana a los pitillos. Con las caderas que tenía por aquel entonces, me horrorizaban los pitillos. 

Hace años, antes de acabar enfundada en unos, intenté resistir con clásicos vaqueros de corte recto. Luego adelgacé. Y durante todo mi último año de carrera estuve vistiendo lo que mi amiga Bea llamaba “los pantalones que le has robado a tu padre”. Yo iba la mar de contenta –y cómoda— con mis vaqueros caídos y mis tacones. 

El otro día, tras no sé cuántos años hace ya que todas las streetstylers (esas celestiales a la par que sencillas gurús de la moda que te dicen lo que tienes que llevar al trabajo o a la uni para ir divina de la muerte y luego salir de afterwork y no morir en el intento) llevan vaqueros boyfriend, yo me compré unos vaqueros boyfriend (que además me quedan un poco grandes). Mi madre me miró horrorizada cuando me los vio puestos.



Mis modernos y recién adquiridos vaqueros hacen que recuerde "los pantalones que le robé a mi padre". Me recuerdan las mañanas de biblioteca en las que Bea y yo ocupábamos la mesa con decenas de rotuladores de colores con los que subrayar los aburridos apuntes de Sociología, ante la atónita mirada del niño guapo que siempre estudiaba Derecho penal. Echábamos más horas fumando en los pasillos y bebiendo café que estudiando. Me recuerdan esa mañana en la que mi gran amiga Blankita, que estudiaba en otra facultad, se vino a la biblioteca conmigo ¡en chándal!. Si mis pantalones grandes no era lo más glamuroso que se podía ver en una facultad en la que estudiaba alguna que otra novia de torero (ahora me imagino que todas las novias de toreros los llevan), el chándal de Blankita fue el colmo. Juró solemnemente que nunca volvería a Derecho. Me recordaron a Jaime, el anti-estudiante de Derecho. Con sus vaqueros gastados y caídos, su bici, su pelazo, su amplia sonrisa y su british-pop. Y a su compañero de piso, que me invitaba a salir todas las semanas, sin éxito. Me recordaron a los fines de semana de excursiones culturales por el centro y de teatro en pequeñas salas de Triana, acompañada de mis niñas. Y a las notas de Rosalía y Patri por debajo del  puerta.

No sé si me quedan bien los boyfriend gigantes o voy haciendo el ridículo con ellos y mis tacones por el pueblo. Pero a mí me gustan porque me recuerdan lo que soy.  

¿Podré tejerme unos boyfriend de ganchillo?

Fuente



domingo, 3 de marzo de 2013

El cuello de Vin

Este cuello es para Vin, que cumple años pronto y me lo pidió hace meses, cuando se enteró de que estaba aprendiendo a hacer ganchillo.



El patrón es bien sencillo. Sólo una larga cadeneta (80-100), cerrada con un punto enano y tantas vueltas de punto alto como ancho queramos que tenga el cuello.

Está tejido con lana Albmerino de Schoppel-Wolle, que adquirí en Téjeme, y un ganchillo del número 6.

Con este doy por finalizada la temporada de cuellos y bufandas invernales, para pasar a los chales primaverales.

viernes, 1 de marzo de 2013

Chal Kristen

La llegada de Athos a casa ha sido una auténtica revolución. Es una cachorro muy activo, de forma que está todo el día pidiendo juego. En las últimas dos semanas casi todo mi tiempo (quitando las horas de trabajo y sueño) las he tenido que dedicar al perro. Es un cambio de rutina que intento asimilar poco a poco.

Pese a todo, he conseguido sacar algo de tiempo para terminar el chal Kristen, diseñado por Jennifer Dickerson, autora del blog Fiber Flux, que empecé el pasado mes de enero. ¡Por fin!


Ya tejí un cuello de Jennifer. Me encantan sus diseños. Son sencillos de elaborar, ideales para principiantes como yo, y muy elegantes.

Este chal está trabajado con lana Phildar Phil Tweed, que adquirí en La boutique de las lanas, y un ganchillo del número 4.



A B. no le gusta demasiado. Dice que es como una gran porción de pizza.

viernes, 8 de febrero de 2013

Athos

Continuo tejiendo, poco a poco, la manta de granny squares de B.

Al ser el primer proyecto de ganchillo que comencé (aunque evidentemente no en acabar), desde el pasado abril, he tenido que desechar bastantes cuadraditos defectuosos que he ido guardando en una bolsa de tela sin saber que hacer con ellos. Algunos unidos, como consecuencia de nefastos intentos de aprender a unir cuadraditos.

La pasada semana se me ocurrió la finalidad perfecta para los cuadrados defectuosos con costuras defectuosas: una pequeña mantita para Athos.


Athos es un mestizo de tres meses y medio que, por fín, llegó ayer a casa. Es tímido. Y está muy asustado y ansioso. Pero vamos a convertirlo en un gran perro. ¡Y tiene una preciosa mantita de ganchillo!

viernes, 25 de enero de 2013

Poniendo orden

El ganchillo de 3,5 apareció.

Estaba como marcador de página de uno de esos libros que transporto constantemente de casa a la oficina y de la oficina a casa, con la esperanza de sacar tiempo para leerlo.

He retomado el máster y el inglés. Poco a poco pongo orden.

martes, 22 de enero de 2013

Puro desorden

No es fácil organizarse cuando se tiene una cabeza como la mía, puro desorden. Siempre tengo ropa acumulada, apuntes y libros acumulados, música acumulada, notas, palabras acumuladas. Todo esperando que yo encuentre un momento para ponerme a organizar. Pero a la par que organizo un montón de algo surge un montón de otra cosa. Un montón de planes que sólo arrastro hasta que, abatida por el peso, los desecho.

En esa acumulación de cosas, tareas e ideas me pierdo constantemente.

Ayer perdí el ganchillo del 3,5 que utilizo para los granny squares de la manta de B.


jueves, 10 de enero de 2013

Winter


1. Fiona Button Scarf, patrón de Jennifer Dickerson. Con lana Oso Blanco Ébano color granate. Ganchillo 8. Me encanta el resultado.

2. Cuello freestyle básico tejido en punto bajo y en circular. Lana desconocida, gris. Ganchillo 8.

3. Cuello freestyle básico tejido en punto bajo recto. Lana Luz Color Polar (salvo el borde, que es alguna lana muy finita de la marca Stop usando tres hebras: dos naranja intenso, una naranja clarita). Ganchillo 7.

miércoles, 2 de enero de 2013

Alfombra de trapillo de Tutéate

Tras varios meses esforzándome en procrastinar lo menos posible, el ganchillo ha sido mi perdición y he terminado por engancharme del todo. He estado aprendiendo y practicando todo lo posible, todo lo que he podido sin perseverar en el trastorno mental que me dio en primavera.

Este ha sido el primer proyecto serio que puedo mostrar con orgullo (o al menos sin sentir vergüenza): una alfombra de trapillo.



Esta alfombra será un regalo de reyes. Su destinataria, por su supuesto, lo ignora. Y sé que le va a encantar, por lo que la satisfacción que siento es mayor aún. La he realizado siguiendo el tutorial de Tutéate, que está estupendamente explicado.